La invalidación social del pobre.
Si es cierto el parecer que posee nuestro gobierno, el concepto de pobre e indigente no debería utilizarme más. Pero, como todo organismo, su funcionamiento no es 100% completo, y aquellas pequeñas falencias administrativas son los que causan más daño a esta rama de la sociedad. La escasa oportunidad y desarrollo en la rama de la educación, problema eterno, es la causal del no surgimiento del joven humilde y el no rompimiento del círculo o herencia. La poca intervención estatal en la salud, es la que complica el sistema vital de todo ser humano y el desgastamiento más temprano del pobre sin poder optar éste a un trabajo laboral. El poco cuidado moral que coloca el estado dentro del rubro telecomunicacional es la que genera esta cantidad inmensa de depravación y descontrol juvenil. Todo culpa del Estado o del Gobierno. ¿Es así realmente? No.
Si bien acabo de recalcar la poca “humanización” del Estado hacia el pobre, recordemos el punto que trate antes de finalizar mi ensayo. El pobre deja de ser pobre cuando él quiere dejar de serlo. “Querer es poder”. Y la intervención del Estado que muchas veces los medios lo califica de “poco e innecesario” son a veces exagerados y poco ciertos. Pero, si analizamos mucho, los organismos gubernamentales, como son sociedad, también caen en la sociedad discriminante del pobre, consciente o inconscientemente. Vemos muchos casos en que el Estado se burla del pobre. La mala condición de las casas que ofrecen a los campamentos, o la salud de “calidad” que aparenta serlo durante un par de días, o la educación, también de calidad, que debería romper la brecha socioeconómica no da correctamente sus frutos, y a veces, muchos prefieren lo antiguo o el “antes de”. Pero la balanza también se inclina al pobre, y es en esta parte es donde el pobre debe ser ayudado correctamente y no taparlo de la opinión social. La oportuna información, el correcto pensar y la verdadera forma de cómo aprovechar estas oportunidades son los medios exactos y carentes que el pobre necesita. Ayudarlo a entender como es el mundo y como aprovechar las “oportunidades” que le ofrecen y como sacarle los correctos frutos a la situación sin “caer en el abuso”, es lo que le falta entender y practicar al Gobierno, para que su accionar o sus obras no caigan en el estereotipo del error y de falencia administrativa.
Pero, hasta el día de hoy, aún el Gobierno utiliza al pobre como una forma de adquirir los votos necesarios para mantenerse en la olla del tesoro gubernamental.
Buscando la Integridad Humana con Dios
julio 27, 2008
julio 22, 2008
Antes que nada. Parte Final.
Recuerdos sobre:
Ensayo sobre el pobre
La ayuda al pobre. La necesidad del compartir.
Tomando esto como una tentativa al lector de romper mi ensayo y encontrarlo inútil a sus ojos, por el título de esta sección, me gustaría que leyera antes de romperlo, quizás se lleve una sorpresa.
Es evidente la cantidad inmensa de lugares donde ayudan a los pobres y los débiles, la cantidad de hogares, agrupaciones, instancias, reuniones, eventos, etc., que organiza la gente para ayudarlos, es lógico que alguien piense que con esto basta. No señor, nada basta, todo falta y todo es necesario. Dar una moneda al pobre, es darle un día más de sufrimiento y de ilusión falsa. Darle al pobre una ropa usada de años guardados en un cajón porque a su dueño no le cae, es denigrarlo y hacer que se hunda en su pesar psicológico. Al pobre no hay que ayudarlo materialmente, sino hay que ayudarlo ¡mental y espiritualmente, que es lo primero de todo!, implantarle fuertemente la esperanza de salvación, hacer que su lucha vale la pena y quitarle los estigmas que cargan diariamente, aliviarle su cruz, eso es lo importante y lo primero. Aquí quiero plasmar no mi desacuerdo con todos aquellos que dan su día, su mes, su año, su vida, por esta lucha que parece eterna, que de alguna manera está bien y es digno de ejemplo, sino quiero dar cuenta que al humilde se le ayuda por dentro y no por fuera. Darle un día de felicidad, un día que puedan ver que este mundo la gracia ronda como alma en pena y que necesita de alguien que quiera recibirla, un día o dos o tres, lo que sea necesario, ¡todo vale!. Tomemos el ejemplo de San Alberto Hurtado. Él dio su vida al pobre, no dándole monedas ni ropa usada y después hacerse el loco y que si te he visto no me acuerdo, sino que comenzó a sanarlos dándoles algo por que luchar, algo a quién creer y plasmar en Aquél sus sueños y guiarse por su amor incondicional, algo por que comenzar y como seguir solos, ayudarlos a caminar y superar sus barreras sin recurrir a una fuente externa. Otro organismo que quiero rescatar que me pareció muy bueno, es la fundación Cristo vive. No haré ninguna campaña publicitaria referente a la fundación, sino que daré algunos detalles. Esta fundación “les da la oportunidad de surgir mediante un trabajo y enseñándoles a como surgir, aquí damos oportunidades, no limosnas” (Spot publicitario), y es cierto, al pobre no hay que darles limosnas, sino enseñarles a cómo salir del círculo.
¿Qué hacer entonces?
Como dije, el aislamiento del pobre es el primer factor discriminante de la sociedad y es aquél factor que primero debemos destruir como sociedad. Aunque siempre mantengo la esperanza que esto ocurra, la sociedad avanza tan rápido que esta idea debe plasmarse diariamente como una idea nueva sin perder la esencia de ésta. Readaptarla a la jerga interna social, y de alguna manera grabarle al televidente el mensaje que muchas veces niega, es como pedirle al burro que actúe como caballo. Pero la minoría, aquella minoría que se mantiene firme en esta postura de solidaridad, debe primero que nada, diluir en el pensamiento el humilde que él no está sólo y que hay alguien que, aparte de Dios, lo acompaña en su caminar. Por eso a San Alberto Hurtado lo quiere el pueblo chileno, lo quiere porque fue capaz de estar con el pobre y vivir con él, y compartir con él su cruz, como lo hizo Jesucristo. Porque lo importante es que el humilde no se sienta sólo y que tiene en que apoyarse en caso de caer. Para finalizar este segmento, y así mi ensayo, debemos entender que el pobre no es pobre porque sí, el pobre es lo que es porque nosotros los establecimos y fuimos parte de su génesis; y que el pobre no es para generalizar, cada pobre es distinto de otro por sus decisiones, pero sus carencias y su urgencia de sanación es la misma.
Conclusión subjetiva del autor:
A veces en mi caminar por la ciudad de Santiago, me acongoja mi corazón y me destruye emocionalmente ver a una señora humilde, vendiendo o pidiendo monedas en la calle con su alcancía vacía y ver en sus ojos, una súplica de piedad y compasión tan grande que es increíble la indiferencia que le hace la gente. Pero en esos ojos se oculta el miedo al engaño por parte de la sociedad, el rechazo inconsciente de la ayuda y el dolor que debe cargar. Para mí, ayudarla no me causaría problema, pero ¿Me creerá mis buenas acciones?
Y a veces, uno debe ser egoísta y poner en la balanza los pro y los contras de otorgar un día, dos o más, a alguien que te necesita pero que te rechaza. Que si no es por el tiempo, es por el estudio, o la familia, o que la deuda, o que mi familiar, etc.
Y por último, al pobre, aquél que sufre, es un ser hermoso por naturaleza (Y aquí quiero dejar en claro mi visión del pobre.) Nace para ser odiado pero amado en el fondo. Ver en su rostro la imagen de la humildad, la serenidad y a veces la piedad humana natural que muchos ocultan, es la forma más linda y espontánea de ver a Cristo, aquél que sufrió y vivió como pobre, pero que fue capaz en ayudar a sus pares sin importarle su ser. El pobre es bendito por Dios y maldecido por la sociedad; amado por Dios y odiado por el hombre, cuidado por Dios y abandonado por el hombre. Las paradojas de la vida. Las paradojas del hombre.
“La paradoja de ver y sentir cosas dentro de mí que en mis acciones no reflejan (pensamiento personal del autor)”
Y el pobre, es lo primero que debe pensar el hombre antes de llamarse hombre. El hombre depende del otro y, si no depende del pobre, no es hombre.
Fin del ensayo.
Santiago de Chile,
Día Sábado 19 de abril del Año 2008 de nuestro Señor Jesucristo.
Tomando esto como una tentativa al lector de romper mi ensayo y encontrarlo inútil a sus ojos, por el título de esta sección, me gustaría que leyera antes de romperlo, quizás se lleve una sorpresa.
Es evidente la cantidad inmensa de lugares donde ayudan a los pobres y los débiles, la cantidad de hogares, agrupaciones, instancias, reuniones, eventos, etc., que organiza la gente para ayudarlos, es lógico que alguien piense que con esto basta. No señor, nada basta, todo falta y todo es necesario. Dar una moneda al pobre, es darle un día más de sufrimiento y de ilusión falsa. Darle al pobre una ropa usada de años guardados en un cajón porque a su dueño no le cae, es denigrarlo y hacer que se hunda en su pesar psicológico. Al pobre no hay que ayudarlo materialmente, sino hay que ayudarlo ¡mental y espiritualmente, que es lo primero de todo!, implantarle fuertemente la esperanza de salvación, hacer que su lucha vale la pena y quitarle los estigmas que cargan diariamente, aliviarle su cruz, eso es lo importante y lo primero. Aquí quiero plasmar no mi desacuerdo con todos aquellos que dan su día, su mes, su año, su vida, por esta lucha que parece eterna, que de alguna manera está bien y es digno de ejemplo, sino quiero dar cuenta que al humilde se le ayuda por dentro y no por fuera. Darle un día de felicidad, un día que puedan ver que este mundo la gracia ronda como alma en pena y que necesita de alguien que quiera recibirla, un día o dos o tres, lo que sea necesario, ¡todo vale!. Tomemos el ejemplo de San Alberto Hurtado. Él dio su vida al pobre, no dándole monedas ni ropa usada y después hacerse el loco y que si te he visto no me acuerdo, sino que comenzó a sanarlos dándoles algo por que luchar, algo a quién creer y plasmar en Aquél sus sueños y guiarse por su amor incondicional, algo por que comenzar y como seguir solos, ayudarlos a caminar y superar sus barreras sin recurrir a una fuente externa. Otro organismo que quiero rescatar que me pareció muy bueno, es la fundación Cristo vive. No haré ninguna campaña publicitaria referente a la fundación, sino que daré algunos detalles. Esta fundación “les da la oportunidad de surgir mediante un trabajo y enseñándoles a como surgir, aquí damos oportunidades, no limosnas” (Spot publicitario), y es cierto, al pobre no hay que darles limosnas, sino enseñarles a cómo salir del círculo.
¿Qué hacer entonces?
Como dije, el aislamiento del pobre es el primer factor discriminante de la sociedad y es aquél factor que primero debemos destruir como sociedad. Aunque siempre mantengo la esperanza que esto ocurra, la sociedad avanza tan rápido que esta idea debe plasmarse diariamente como una idea nueva sin perder la esencia de ésta. Readaptarla a la jerga interna social, y de alguna manera grabarle al televidente el mensaje que muchas veces niega, es como pedirle al burro que actúe como caballo. Pero la minoría, aquella minoría que se mantiene firme en esta postura de solidaridad, debe primero que nada, diluir en el pensamiento el humilde que él no está sólo y que hay alguien que, aparte de Dios, lo acompaña en su caminar. Por eso a San Alberto Hurtado lo quiere el pueblo chileno, lo quiere porque fue capaz de estar con el pobre y vivir con él, y compartir con él su cruz, como lo hizo Jesucristo. Porque lo importante es que el humilde no se sienta sólo y que tiene en que apoyarse en caso de caer. Para finalizar este segmento, y así mi ensayo, debemos entender que el pobre no es pobre porque sí, el pobre es lo que es porque nosotros los establecimos y fuimos parte de su génesis; y que el pobre no es para generalizar, cada pobre es distinto de otro por sus decisiones, pero sus carencias y su urgencia de sanación es la misma.
Conclusión subjetiva del autor:
A veces en mi caminar por la ciudad de Santiago, me acongoja mi corazón y me destruye emocionalmente ver a una señora humilde, vendiendo o pidiendo monedas en la calle con su alcancía vacía y ver en sus ojos, una súplica de piedad y compasión tan grande que es increíble la indiferencia que le hace la gente. Pero en esos ojos se oculta el miedo al engaño por parte de la sociedad, el rechazo inconsciente de la ayuda y el dolor que debe cargar. Para mí, ayudarla no me causaría problema, pero ¿Me creerá mis buenas acciones?
Y a veces, uno debe ser egoísta y poner en la balanza los pro y los contras de otorgar un día, dos o más, a alguien que te necesita pero que te rechaza. Que si no es por el tiempo, es por el estudio, o la familia, o que la deuda, o que mi familiar, etc.
Y por último, al pobre, aquél que sufre, es un ser hermoso por naturaleza (Y aquí quiero dejar en claro mi visión del pobre.) Nace para ser odiado pero amado en el fondo. Ver en su rostro la imagen de la humildad, la serenidad y a veces la piedad humana natural que muchos ocultan, es la forma más linda y espontánea de ver a Cristo, aquél que sufrió y vivió como pobre, pero que fue capaz en ayudar a sus pares sin importarle su ser. El pobre es bendito por Dios y maldecido por la sociedad; amado por Dios y odiado por el hombre, cuidado por Dios y abandonado por el hombre. Las paradojas de la vida. Las paradojas del hombre.
“La paradoja de ver y sentir cosas dentro de mí que en mis acciones no reflejan (pensamiento personal del autor)”
Y el pobre, es lo primero que debe pensar el hombre antes de llamarse hombre. El hombre depende del otro y, si no depende del pobre, no es hombre.
Fin del ensayo.
Santiago de Chile,
Día Sábado 19 de abril del Año 2008 de nuestro Señor Jesucristo.
julio 18, 2008
Antes que nada. Parte V
Recuerdos sobre:
Ensayo sobre el pobre
Los que se hunden por su voluntad.
Resumiendo un poco estas 6 páginas de mi parecer referente al hombre humilde basado en la experiencia mía y de algunos que he conocido, podemos identificar claramente a los condicionales que deciden, después de quizás años de lucha, de esfuerzo, o sin importarle las consecuencias de su accionar, ser pobres. El caso del niño rico que se hace pobre por desperdiciar su dinero, o el caso (para mí lamentable e injusto) de la familia de clase media que debe transformarse en pobre (en otro ensayo explayaré más de esto) o del pobre que dejó de luchar. Y siendo esto una causal importantísima de nuestros pobres actuales ¿Es definitivo su caer?, ¿No se podrá salvar? Todo en esta vida tiene un límite o una profundidad definida, y paradójicamente es la misma persona quien establece la profundidad en la cual se hunde. Su salvación frente al absurdum, depende de la misma persona. Y si no es rescatable, es porque la persona no quiere salvarse por miedo a desilusionarse con una vida mejor que quizás nunca tenga.
Los que se salvan.
Pero dentro de todo rasgo al cuál se evalúa, existe un equilibrio metafísico. Si alguien baja, otro sube; si alguien cae, otro se levanta; si alguien tiene más, otro tiene menos; y en este caso se ve ese equilibrio ¿Qué sucede con aquellos que salen de su estancamiento y destruyen el aquel círculo ad infinitum?
Muchos poseen aquella fuerza permanente de la lucha y la perseverancia, quizás adquirido de sus padres, algún familiar, o de alguien que tomó como su modelo a seguir (éstos son a veces lo que ofrecen la televisión), y de tanto luchar, viene la gracia por todo aquello que tuvo que combatir. Y de aquellas experiencias de vida nace el concepto de gracia adquirida. Esta gracia (bonito término que tomaré prestado para mi ensayo) es gratuita para aquél que la quiera poseer, pero invisible para el ingenuo o para el materialista. Muchos de aquellos que salen de la herencia de la pobreza, adquieren esta experiencia de vida y ésta misma los fortalece como personas para así heredarlas y que en un futuro, sus descendientes no vuelvan a caer. Así, esta gracia funciona como un medio de autoaprendizaje para la persona. Por una parte, se adquiere en forma gratuita cualquier persona en el mundo que quiera adquirirla y por otra, enseña a la persona su descubrimiento y su aplicación dentro de sí mismo; por ello, se vuelve heredable para las siguientes generaciones. Posiblemente, como toda gracia es infinita a su grado sumo, algunos de los que adquirieron la gracia la desperdicien, como a un empleado que ha trabajado años en una empresa y lo despidan sin razón, y sin querer, cometiendo errores a ciegas, vuelvan a caer y de ahí no se levantan más. U otros la nieguen, como en el caso de un pobre que se vuelve rico y niegue de forma rotunda su pasado, asimilándose la idea de que siempre fue rico. Mientras que otros la guardan como un tesoro y no la comparten con nadie… ¿Pero eso está bien?
Proximamente: Ultima parte y final. La conclusion del ensayo y lo que hay que hacer frente a este suceso.
Resumiendo un poco estas 6 páginas de mi parecer referente al hombre humilde basado en la experiencia mía y de algunos que he conocido, podemos identificar claramente a los condicionales que deciden, después de quizás años de lucha, de esfuerzo, o sin importarle las consecuencias de su accionar, ser pobres. El caso del niño rico que se hace pobre por desperdiciar su dinero, o el caso (para mí lamentable e injusto) de la familia de clase media que debe transformarse en pobre (en otro ensayo explayaré más de esto) o del pobre que dejó de luchar. Y siendo esto una causal importantísima de nuestros pobres actuales ¿Es definitivo su caer?, ¿No se podrá salvar? Todo en esta vida tiene un límite o una profundidad definida, y paradójicamente es la misma persona quien establece la profundidad en la cual se hunde. Su salvación frente al absurdum, depende de la misma persona. Y si no es rescatable, es porque la persona no quiere salvarse por miedo a desilusionarse con una vida mejor que quizás nunca tenga.
Los que se salvan.
Pero dentro de todo rasgo al cuál se evalúa, existe un equilibrio metafísico. Si alguien baja, otro sube; si alguien cae, otro se levanta; si alguien tiene más, otro tiene menos; y en este caso se ve ese equilibrio ¿Qué sucede con aquellos que salen de su estancamiento y destruyen el aquel círculo ad infinitum?
Muchos poseen aquella fuerza permanente de la lucha y la perseverancia, quizás adquirido de sus padres, algún familiar, o de alguien que tomó como su modelo a seguir (éstos son a veces lo que ofrecen la televisión), y de tanto luchar, viene la gracia por todo aquello que tuvo que combatir. Y de aquellas experiencias de vida nace el concepto de gracia adquirida. Esta gracia (bonito término que tomaré prestado para mi ensayo) es gratuita para aquél que la quiera poseer, pero invisible para el ingenuo o para el materialista. Muchos de aquellos que salen de la herencia de la pobreza, adquieren esta experiencia de vida y ésta misma los fortalece como personas para así heredarlas y que en un futuro, sus descendientes no vuelvan a caer. Así, esta gracia funciona como un medio de autoaprendizaje para la persona. Por una parte, se adquiere en forma gratuita cualquier persona en el mundo que quiera adquirirla y por otra, enseña a la persona su descubrimiento y su aplicación dentro de sí mismo; por ello, se vuelve heredable para las siguientes generaciones. Posiblemente, como toda gracia es infinita a su grado sumo, algunos de los que adquirieron la gracia la desperdicien, como a un empleado que ha trabajado años en una empresa y lo despidan sin razón, y sin querer, cometiendo errores a ciegas, vuelvan a caer y de ahí no se levantan más. U otros la nieguen, como en el caso de un pobre que se vuelve rico y niegue de forma rotunda su pasado, asimilándose la idea de que siempre fue rico. Mientras que otros la guardan como un tesoro y no la comparten con nadie… ¿Pero eso está bien?
Proximamente: Ultima parte y final. La conclusion del ensayo y lo que hay que hacer frente a este suceso.
julio 13, 2008
Antes que nada. Parte IV.
Recuerdos sobre:
Ensayo sobre el pobre
Los de antes.
¿Pero qué sucede con aquellos que vivieron, aquellos que ya ninguna cosa pueden hacer que esperar su ida al nicho del cementerio? Muchos de estos, aquellos humildes octogenarios, deben padecer comúnmente más de lo que puede padecer un humilde joven. Sin tener sus cualidades físicas tan aptas, perder su independencia en relación a su cuerpo, perder sus atributos mentales y padecer en el dolor de las enfermedades de su edad deben conllevar este sufrimiento personal con el sufrimiento social en el cuál han vivido casi toda su vida. Además ya que al sentir esa sensación de que ya dejarás este mundo, viene los recuerdos amargos de su vida como una película y comienza el proceso psicológico del arrepentimiento, en donde esta persona analiza y se arrepiente de todo lo que vivió. Algunos se traumatizan y se hunden en el dolor espiritual, en donde muchas ocasiones estas personas pierden el sentido de vivir y desean que esto se acabe pronto. Sin embargo, hay otros que continúan con este dolor pero que aún mantiene en forma pacífica y privada la esperanza de surgir y salir del estado que están. Mientras que hay otros que siguen en donde están y esperan a la muerte como alguien que espera en una consulta con su psicólogo. Y lamentablemente hay otros, que en muy pocos casos se aprovechan de su condición y continúan con sus costumbres que poseían cuando eran jóvenes.Aunque el destino de estos abuelitos es sufrir más de lo que sufrieron de jóvenes mediante el maltrato social, personal y auto-psicológico, se pueden salvar y darles, aunque sea por un par de días, el lindo recuerdo de sentirse amado.
Los que vendrán.
Ya es un hecho que el nacimiento de hijos de padres jóvenes está creciendo paulatinamente, y que éstos están destinados en un futuro a seguir los pasos de sus padres. Pero eso no significa que a éstos futuros de Chile no se les pueda rescatar de su situación. Sin embargo, el estigma social no se le hace palpable a estos infantes ya que su inocencia sigue siendo natural en todo ser que nace de cualquier condición social, pero el término de ésta, en este caso, es más rápida que en el rubro alto. Como dije, al seguir los mismos pasos que sus padres, implícitamente da referencia al modelo de actuar, a la herencia inmediata de la pobreza, y a veces, al abuso que los padres aplican sobre ellos; utilizándolos como un medio de ganar dinero y tratar de mantenerse. La utilización de las muchachas como prostitutas y la de chiquillos como rateros juveniles (aunque en la actualidad hay muchos niños que sirven como prostitutos y a las niñas como rateras.) es algo común en la sociedad que, rápidamente ésta le aplica el estigma social sobre ellos. Y a este proceso es lo que yo denomino como herencia de la pobreza. Y lamentablemente esta obligación que les impone sus padres, durante los años, se transforma en una costumbre, un hábito, que en ocasiones utilizan los derechos del niño como un escudo que justifica su accionar, en vez de utilizarlo en otras condiciones.
A esto, se nace la causal paternal de la poca importancia de la educación. Dentro de lo que implica la herencia, nace el causal de la educación. Dentro de una familia humilde, la educación se transforma primeramente como una opción tradicional para un futuro más accesible; si bien, esto siempre es una buena opción, muy pocas veces se puede llevar a cabo, ya que, a veces, la ineficiencia docente y la escasa infraestructura educacional aprisionan emocionalmente al niño, sintiéndose éste como obligado a cumplir una labor. Convivir a veces con la carga de la responsabilidad inútil, o educación innecesaria, les estorba en su pensar y en su proyección a un futuro más accesible. Pero, como un caso que se vive en todas partes, la competencia interna entre el alumnado de cualquier establecimiento reclasifica a los alumnos y los estamenta según su agresividad, su popularidad o su madurez precoz. A este nivel de frustración de cualquier humilde, decide tirar la toalla sin dar la lucha, o se mantiene pero en forma innata (es decir, asistir por asistir y no por aprender.)
Fin de la carta número 8.
A continuación: Penúltima parte. La voluntad de ser pobre y las oportunidades de romper este circulo malicioso.
¿Pero qué sucede con aquellos que vivieron, aquellos que ya ninguna cosa pueden hacer que esperar su ida al nicho del cementerio? Muchos de estos, aquellos humildes octogenarios, deben padecer comúnmente más de lo que puede padecer un humilde joven. Sin tener sus cualidades físicas tan aptas, perder su independencia en relación a su cuerpo, perder sus atributos mentales y padecer en el dolor de las enfermedades de su edad deben conllevar este sufrimiento personal con el sufrimiento social en el cuál han vivido casi toda su vida. Además ya que al sentir esa sensación de que ya dejarás este mundo, viene los recuerdos amargos de su vida como una película y comienza el proceso psicológico del arrepentimiento, en donde esta persona analiza y se arrepiente de todo lo que vivió. Algunos se traumatizan y se hunden en el dolor espiritual, en donde muchas ocasiones estas personas pierden el sentido de vivir y desean que esto se acabe pronto. Sin embargo, hay otros que continúan con este dolor pero que aún mantiene en forma pacífica y privada la esperanza de surgir y salir del estado que están. Mientras que hay otros que siguen en donde están y esperan a la muerte como alguien que espera en una consulta con su psicólogo. Y lamentablemente hay otros, que en muy pocos casos se aprovechan de su condición y continúan con sus costumbres que poseían cuando eran jóvenes.Aunque el destino de estos abuelitos es sufrir más de lo que sufrieron de jóvenes mediante el maltrato social, personal y auto-psicológico, se pueden salvar y darles, aunque sea por un par de días, el lindo recuerdo de sentirse amado.
Los que vendrán.
Ya es un hecho que el nacimiento de hijos de padres jóvenes está creciendo paulatinamente, y que éstos están destinados en un futuro a seguir los pasos de sus padres. Pero eso no significa que a éstos futuros de Chile no se les pueda rescatar de su situación. Sin embargo, el estigma social no se le hace palpable a estos infantes ya que su inocencia sigue siendo natural en todo ser que nace de cualquier condición social, pero el término de ésta, en este caso, es más rápida que en el rubro alto. Como dije, al seguir los mismos pasos que sus padres, implícitamente da referencia al modelo de actuar, a la herencia inmediata de la pobreza, y a veces, al abuso que los padres aplican sobre ellos; utilizándolos como un medio de ganar dinero y tratar de mantenerse. La utilización de las muchachas como prostitutas y la de chiquillos como rateros juveniles (aunque en la actualidad hay muchos niños que sirven como prostitutos y a las niñas como rateras.) es algo común en la sociedad que, rápidamente ésta le aplica el estigma social sobre ellos. Y a este proceso es lo que yo denomino como herencia de la pobreza. Y lamentablemente esta obligación que les impone sus padres, durante los años, se transforma en una costumbre, un hábito, que en ocasiones utilizan los derechos del niño como un escudo que justifica su accionar, en vez de utilizarlo en otras condiciones.
A esto, se nace la causal paternal de la poca importancia de la educación. Dentro de lo que implica la herencia, nace el causal de la educación. Dentro de una familia humilde, la educación se transforma primeramente como una opción tradicional para un futuro más accesible; si bien, esto siempre es una buena opción, muy pocas veces se puede llevar a cabo, ya que, a veces, la ineficiencia docente y la escasa infraestructura educacional aprisionan emocionalmente al niño, sintiéndose éste como obligado a cumplir una labor. Convivir a veces con la carga de la responsabilidad inútil, o educación innecesaria, les estorba en su pensar y en su proyección a un futuro más accesible. Pero, como un caso que se vive en todas partes, la competencia interna entre el alumnado de cualquier establecimiento reclasifica a los alumnos y los estamenta según su agresividad, su popularidad o su madurez precoz. A este nivel de frustración de cualquier humilde, decide tirar la toalla sin dar la lucha, o se mantiene pero en forma innata (es decir, asistir por asistir y no por aprender.)
Fin de la carta número 8.
A continuación: Penúltima parte. La voluntad de ser pobre y las oportunidades de romper este circulo malicioso.
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