- Quiero darme la oportunidad nuevamente de viajar dentro de mí y recuperar aquél don (ni siquiera sé si lo puedo clasificar así) de escribir en forma amena y sincera, en donde puedo expresar en estas líneas...
- Lo humillado y lo débil que eres, ¿Verdad, humano?
Y así es como comencé este 2011, con el demonio mismo a mi lado. Fue curioso la primera vez que lo vi sentado a los pies de mi cama. Como me miraba fijamente, entremedio de las sombras, con esa sonrisa de vampiro y esos ojos de hombre lobo; esa postura de humano y comportamiento animal. Lo que me impactó (y lo que me llevó a deducir que era un demonio) fue sus alas rotas, sin plumas... sólo huesos y cartílagos de color rojo sangre (que formaban un dulce matiz con la sombra y la oscuridad de su cuerpo inhumano.)
Hasta el día de hoy no comprendo porqué está aquí, conmigo. Siempre frente de mí, como si esperara que yo le dijiera algo de importancia o le entregara mi alma; como si tuviera la respuesta a su maldición y a su desdicha, pero ese es el destino que escogió y lo primero que me dijo cuando me percaté que estaba allí fue: "Tu existencia, humano, no tiene lógica". Reí, a pesar del miedo que provocaba, reí fuerte pero no lo suficiente para que mis padres me oyeran. Él siguió mirándome con sus ojos de color dorado y al esbozar una mueca dijo: "¿No tienes miedo?". Yo dejé de reir y lo miré. Negué la cabeza un par de veces y me senté frente de él sobre la cama, adoptando la misma posición que él tenía y nos miramos un buen rato hasta que dije, sin pensarlo: "Deus dominus orbis, Pater omnipotent... Pater Noster, Qui...". Él me miró con odio y desapareció. Ahora volvió sin que me diera cuenta.
- Ahora humano, que ya has dejado de creer... tus palabras no me harán daño, así que no lo intentes.
- Lo sé. Aunque lo intente. ¿Y que quieres de mí?
- ¿Yo? A pesar de mi inmortalidad y mi sufrimiento eterno... tu alma.
- Entonces simplemente eres un demonio patético.
- No... no soy simplemente un demonio patético. Soy el reflejo de lo patético que eres en el fondo... ¿Aún no te percatas que yo...
- ...eres mi maldad en forma material? Si, si lo supe.
- Aún así humano, no tienes poder sobre mí. No tienes esa protección que tenías. Tú mismo lo quebraste y ahora que soy libre; tomaré lo que es mio. Pero no hoy...
- ¿Al final de los tiempos?... Cuando Dios nos llamé?
El demonio se estremeció sutilmente, ocultando el dolor que sintió su alma al escuchar ese nombre.
- Vaya, aún crees -dijo del demonio con cierto temblor.
- Si... es lo que hace que aún viva y tú vivas a través de mi. -Poniendo mi mano sobre su hombro.
- Te odio...
- Y yo, te amo. -y con esas palabras, el demonio volvió a desaparecer, aunque su esencia seguía allí.
- Mentira..., tú no amas a nadie... ni a ti mismo
- Pero por eso empezamos un nuevo año.
Y así es como comencé este año 2011. Con el demonio a mi lado y una copa de champagne rota en mi pieza.
PD: Creía que iba a quedar bien este post... pero bueh, es un pequeño principio de entrenamiento.
Buscando la Integridad Humana con Dios
enero 01, 2011
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